viernes, 6 de febrero de 2015

Las Tres Caras de la Luna de Sally Gardner

La primera impresión como tal de este libro es impactante, primero; la portada y el nombre, si pasas por una librería y ves a estos dos señores juntos, lo menos que puedes hacer es pararte y ver de qué se trata, y ahí encuentras lo segundo; la sinopsis.

En Madre Tierra no se canta, en Madre Tierra todo es sombra, en Madre Tierra se premia a los delatores y desaparece sin dejar rastro cualquier enemigo de la Patria. Sus habitantes viven bajo el yugo del opresivo y despiadado régimen dictatorial que controla y dirige cada uno de sus pasos, están acostumbrados a hablar entre susurros, a recelar de los vecinos, a los continuos cortes de luz, y ya ni se asustan cuando oyen el toque de queda. En Madre Tierra, la fantasía es la única vía de escape. Pero Standish no se rinde, sabe que más allá de las infranqueables y herméticas fronteras de su país, tiene que existir otro mundo, un mundo donde la libertad y la verdad no sean solo sueños imposibles sino una maravillosa realidad.

Para cualquier persona que lea esto puede resultarle llamativo y apasionante, pero si eres venezolano posiblemente sentirás una indescriptible curiosidad por ver qué pasa en este libro. No digo que esté retratada nuestra forma de gobierno en ese pequeño abreboca del libro, pero ciertamente hay ciertos matices que se dejan traslucir.

El libro está divido en capítulos muy, muy cortos, el más largo tiene apenas cinco o seis páginas, y para ser honesta a veces resultaba tedioso, porque cortaban las idea y se perdía el gancho o el hilo de la historia. Al inicio del libro van contando fragmentos del pasado y del presente, primero van dejando piezas de un rompecabezas tiradas por el piso y poco a poco van uniéndolas hasta cierto punto en que la historia requiere un “¿Y ahora qué van a hacer?”.

Mi impresión general de la historia es que tenían mucho de donde agarrar, mucho que expandir, a pesar de que los puntos son concretos y van directo a lo que la autora quiere tratar quedaron muchas cosas sueltas que se podían aprovechar para complementar una historia así. Esto difiere del final, porque aunque sea uno abierto, a la vez es muy real, muy crudo y sin embargo no deja de ser un final bonito.

El personaje principal Standish, es un muchacho valiente, soñador, y por alguna razón se me parecía (en su forma de ser) a Holden Caulfield, de El Guardián entre el Centeno. Había algo en este personaje que me molestaba un poco, o no me parecía totalmente real, debido a que me parecía muy infantil para su edad, y con esto no quiero decir que no sea importante la gran imaginación que él aportaba a sus cosas, a su mundo, porque esto es algo muy importante y que muy poca gente mantiene presente, y sobre todo si se vive bajo un gobierno opresor y con limitaciones por cada calle que transite, pero por esta misma razón me costaba creerlo, vivir con un alrededor tan cruel suele forjar a las personas de una forma manera diferente, teniendo en cuenta por todo lo que él ha pasado. Supongo que lo que quería demostrar la escritora era la inocencia o la luz que puede haber bajo tanta oscuridad, pero a mí parecer no resultaba congruente.

A pesar de todo esto, la historia tiene muchos mensajes, sutiles y envueltos en palabras de muchachos pero a la vez muy ciertos. Muestra la crueldad, los cambios de moral a conveniencia, las mentiras, el poder de la propaganda, sin dejar atrás el otro lado de la moneda, que es la valentía y las ganas de luchar por algo mejor, caminando de la mano con la fantasía.

Para no dejar de hacerle justicia a este libro voy a dejar una lista de frases que me gustaron mucho y valen la pena ser mencionadas:


“Si eres inteligente, si sabes más de lo que sabes, destacas como un cielo verde sobre un campo azul, y, como es bien sabido, la Presidenta de la Patria opina que los artistas que pintan ese tipo de paisajes deberían ser esterilizados.”
“Qué quieren que les diga, nací en un mundo de pesadilla, esa es la puñetera verdad. La única vía de escape era la fantasía.”
 “La Voz, la única que según él decía la verdad. Si es que existe tal cosa, (…). Difícil de saber cuando uno vive rodeado de tanta mentira.”
“Decía que un médico sin medicinas es como un pianista sin piano”.
“Sus palabras eran gusanos que se introducían en tu angustiada mente y se quedaban allí corrompiendo cualquier pensamiento de libertad.”

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